Dañan y mueven varias esculturas al abrir una zanja en el vial Xosé Cuíña

2022-11-10 16:00:41 By : Mr. joyear Gz

Hace pocos días comenzaron los trabajos para la urbanización parcial de la avenida Xosé Cuíña en Lalín. En el tramo donde se actúa se encuentra el entronque con la calle Habana. Un espacio de césped junto al castro tecnológico donde se sembraban en mayo del 2014 las piedras labradas por Javier Iván Hita Rodríguez. Cartografía da pedra se bautizó una instalación integrada por una decena de esculturas de granito que acaba de quedar destrozada en su conjunto, además de sufrir daños varias de las piezas que la integran.

La apertura de una zanja para canalizar tuberías motivó que trabajadores de la empresa adjudicataria de este proyecto de humanización decidiesen mover las esculturas que interrumpían el trazado previsto. Ocurría este miércoles sin que nadie le comunicase la medida al artista lalinense. Ni los operarios ni el Concello contactaron con Javier Iván Hita para evaluar cómo acometer ese traslado sin que hubiese daños en un trabajo que le ocupó durante ocho meses, como comentaba en una entrevista para La Voz previa a la inauguración del 31 de mayo de hace ocho años.

En el conjunto escultórico hay piezas de hasta 2.000 kilos de peso, lo que dificulta su movimiento y requiere adoptar medidas especiales para evitar daños en su traslado. Brillaron por su ausencia aunque Hita evita cargar la culpa en unos operarios que podían desconocer la relevancia de las obras o esa necesidad de extremar las precauciones, protegerlas antes de abordar su movimiento. Pero sí se mostró crítico con los responsables de la empresa y el propio gobierno local por no advertirle de que se iba a acometer ese traslado que afectaba al conjunto de la instalación artística. Ya preveía que quedaba afectada por las obras, al ver hace unos días las estacas que marcaban por donde iba a abrirse la zanja, pero confiaba en un aviso previo que nunca llegó.

El panorama ahora nada tiene que ver con ese conjunto de bolos, de piedras que salieron de desmontes en Barro y que después trabajó Hita para darles formas orgánicas, geométricas y curvas que beben de la tradición de los dólmenes y los menhires. Varias piezas están tiradas por el césped, fuera de su emplazamiento, mientras que al menos dos presentan daños, marcas en el granito compatibles con los dientes de una pala retroexcavadora empleada en moverlas. Cree el artista que fueron arrastradas sin control, preguntándose qué pensaría cualquier vecino si se hiciese por ejemplo lo mismo con las imágenes sacras de una iglesia.

Lamenta el artista lalinense la mala praxis empleada, sin un movimiento adecuado de las piedras de esta serie escultórica. Detrás piensa que faltó empatía, porque puede no controlarse de aquello que no se conoce o entiende, no darle valor, pero al menos «deberían poñerse no lugar da outra parte, do creador da obra ». Javier Iván Hita remarca además que esa instalación ya forma parte del día a día de los vecinos, integrada en el entorno, un elemento querido y que define ese espacio público. Pide que en el futuro, aunque los daños ya están ahí en este caso y en espera de evaluación completa ya que hay piezas que están tumbadas en el suelo y desconoce si en la parte tapada hay desperfectos, se cumplan unos mínimos. El primero, avisar al autor de la obra, que pueda participar y cuidar así al máximo el traslado. Y, segundo, que quien lo haga tenga una formación específica mínima para llevar a cabo esas labores. «Houbo moita improvisación para mover unha obra que está nun espazo público », sentenció.

Almacenar las piedras en espera de negociar una cesión o un difícil acuerdo de venta

Cartografía da pedra surgía como una instalación temporal, para seis meses. Tras mirar distintos emplazamientos el artista escogió esa esquina entre Xosé Cuíña y Habana, encargándose el Concello del transporte de las esculturas y su colocación. El tiempo fue pasando desde ese 2014 y lo que iba a ser un período corto de tiempo expositivo tendía a lo permanente. Hasta este 2022. El artista trasladó hace unos meses una oferta de venta de esta instalación, pero el gobierno local declinó su adquisición, alegando que tras la crisis económica del 2008 no incorpora arte al patrimonio municipal.

Esa negociación quedó estancada, barajándose un convenio de cesión que pudiese desembocar en el futuro en la compra, aunque con la posibilidad de que Javier Iván Hita pueda retirar el conjunto escultórico cuando desee. Una opción que maneja ante esa falta de voluntad política para hacerse con una obra ya imbricada con Lalín, reconociendo que el Concello no tiene ninguna obligación de adquirirla y respeta ese posicionamiento.

El regidor, José Crespo, contactaba ayer telefónicamente con el artista para hablar de lo ocurrido. «Falou de que son cousas que pasan pero non hai actitude de solucionar de forma definitiva o asunto », incidía Hita Rodríguez. Por el momento se procederá a guardar toda la instalación en otro sitio, abriéndose un compás de espera para una posible reubicación pública, su cesión o venta, con la opción no descartable de que el artista se haga cargo de ella. Pero advierte que necesita algo de tiempo si finalmente esa es la decisión para encontrar dónde depositar las esculturas, dado su volumen.

Confía en que al guárdalas ahora si se protejan y aíslen las piezas para ese traslado provisional. Lamenta Hita que la apuesta por el arte en Lalín quedase anclada en los años 80, sin apoyar a los jóvenes valores.

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