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6 claves de mantenimiento de patinetes eléctricos

Aunque los patinetes eléctricos son bastante sencillos en líneas generales, necesitan de un buen mantenimiento para ofrecer un rendimiento estable y óptimo durante muchos años. No es complicado y te contamos cómo hacerlo correctamente.

A diferencia de un coche o una moto, el mantenimiento de un patinete eléctrico es bastante sencillo y puedes hacerlo tú mismo en casa cuando tengas un rato. Pero, eso sí, no pienses que carece de importancia ni lo dejes pasar, porque de lo contrario tu patinete perderá rendimiento con el paso del tiempo y durará menos de lo deseado.

El mantenimiento de un patinete eléctrico se resume básicamente en 6 puntos principales que hay que revisar y afrontar de manera periódica. Todos ellos son importantes, si bien no exigen demasiada maña ni tiempo.

Como sabes, los patinetes eléctricos pueden tener ruedas macizas o con cámara de aire. En el caso de tener los primeros, no es necesario ningún tipo de mantenimiento más allá de una inspección visual periódica para comprobar que no hay ningún defecto o deterioro, así como un desgaste excesivo de la banda de rodadura que aconseje un cambio.

En el caso de tener neumáticos con presión de aire, esta debe ser controlada regularmente, tal y como ocurre con los coches. De este modo, no sólo vas a prevenir deformaciones y desgaste prematuro, también reducirás la probabilidad de sufrir un pinchazo.

También existen algunos patinetes con neumáticos tubeless en el mercado. En ese caso es aún menos probable que se produzca un pinchazo, pero será igualmente importante mantener una presión adecuada.

La inmensa mayoría de los patinetes eléctricos utilizan baterías de iones de litio, por lo que el paso del tiempo afectará a su autonomía y capacidad de carga. Pero el modo de recargarla será determinante en su vida útil.

Lo primero que debes hacer es utilizar siempre el cargador original del patinete. Además, es aconsejable conectarlo antes de que se agote por completo la batería, si es por encima del 10 % mejor.

Del mismo modo, también es recomendable no cargar la batería al 100 % o, en caso de hacerlo, no mantener el patinete conectado durante demasiado tiempo una vez que llegue al estado de carga completa. Así previenes el sobrecalentamiento y el deterioro prematuro de las celdas.

Si vas a pasar una temporada sin utilizar el patinete, extrae la batería en caso de que esta te lo permita. Si no es así, guarda el patinete con la batería a media carga, nunca descargada o casi descargada.

Como en todo objeto, sea mecánico o no, la limpieza es vital para su buena conservación con el paso del tiempo. En el caso de un patinete eléctrico, lo principal es eliminar el polvo y la suciedad acumuladas durante su uso.

Para ello, evita mojarlo en exceso para no dañar conexiones eléctricas o la batería, y utiliza mejor un paño húmedo al que añadir jabón con pH neutro en caso de ser necesario retirar barro, grasa o alguna mancha más profunda.

En las zonas lubricadas, como la transmisión, los bujes o el motor, utiliza un cepillo o spray de aire comprimido que elimine la acumulación de suciedad.

Algunos patinetes utilizan correa de transmisión para trasladar la potencia del motor a las ruedas, mientras que otros utilizan cadena. También pueden utilizar motores de buje tanto en la rueda delantera como en la trasera.

Bien, en el caso de tener un patinete eléctrico con transmisión de cadena y/o correa, esta debe ser tensada y lubricada de manera periódica, sobre todo tras haberse mojado a consecuencia de la lluvia, los charcos, etc. De ese modo, evitarás roturas, deformaciones y un desgaste excesivo, además de un mayor consumo de la energía de la batería al minimizar la fricción.

A la hora de tensar, no hay que hacerlo al máximo, sino dejar aproximadamente 1 centímetro de margen para mantener cierta flexibilidad y juego en el movimiento.

Con el uso, los frenos pueden desgastarse o desajustarse, provocando ruidos o una disminución del rendimiento. Si notas anomalías en la frenada, es posible que haya que cambiar las pastillas de freno. Si lo que percibes es un ruido metálico, chequea el disco para ver si se ha desequilibrado o deformado.

Ten en cuenta que la rueda debe rodar con total libertad y sin rozar. No olvides tampoco limpiarlos con aire a presión de vez en cuando.

Además de todo lo anterior, es importante realizar un control general del patinete eléctrico cada cierto tiempo. Revisa todos los tornillos para prevenir desajustes o piezas flojas, así como el estado de las juntas de goma y/o plástico que tenga el patinete.

Las partes móviles también necesitarán lubricación, generalmente con grasa. Hablamos de las zonas de pliegue del manillar, caballetes, barras de regulación de altura, ejes de las ruedas, pasadores de las palancas de freno, etc. Así evitarás ruidos y fricciones que deterioren prematuramente los componentes.

Como ves, todas estas operaciones son sencillas y no llevan demasiado tiempo. Tampoco tienes que hacerlas todas a la vez, pero no te olvides de ellas. Especialmente cuando utilices el patinete con lluvia o asfalto mojado, presta especial atención a la limpieza y lubricación. ¡Y a disfrutar!

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